La clave de Balbín: los nombres de Dios

Procrastinando por la red di con el siguiente debate del conocido programa La clave moderado por José Luis Balbín donde se discute sobre Dios y religión a la luz de diferentes visiones, desde el monoteísmo judeo-cristiano e islámico, pasando por el budismo ateo hasta el mundo secular.

Intervienen la monja budista Paloma Alba, Xabier Pikaza, teólogo y profesor de la Historia de las Religiones en la Universidad Pontificia de Salamanca, Ahmed Aroua, rector de la Universidad Islámica de Constancia (Argelia), Salvador Pániker, escritor, ingeniero y filósofo, Gonzalo Puente Ojea, ex embajador de España en el Vaticano, y Moshe Bendahan, rabino.

De especial interés nos han resultado las intervenciones seculares y pluralistas de Pániker, las materialistas ateas de Puente Ojea y la posición cristiana de Pikaza.

La primera parte puede verse aquí y la segunda haciendo click aquí.

 

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16 respuestas a La clave de Balbín: los nombres de Dios

  1. Hmmmmm…: En mi opinión esa monja budista no debería haberse siquiera dignado de haber participado en ningún debate sobre ningún «dios»; se nota que no es nativa, a pesar de sus ajuares, atavíos e indumentarias.

    Ni siquiera cabría considerar al budismo como religión, por más que se empecinen los del NWO.

    Igualmente interesante el documento, aunque connote un salto cualitativo a la baja respecto a los discursos anteriores sobre el Advaita.

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    • Jasso dijo:

      Me reservo mi opinión sobre la monja budista aunque no sobre sus ideas: me parece que su exposición era bastante inocente e insustancial, a veces, aunque muy coherente.

      El budismo es, por supuesto, una religión. Me gustaría leer tus argumentos para refutar un hecho tan obvio y evidente. Apunta hacia un apofatismo extremo con respecto a lo trascendente, sí, pero es, insisto, una religión (como lo es también el Vedanta Advaita de Sánkara, por ejemplo).

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      • Jasso, brox:

        Tú no te reserves nah… que… ¡mira uno los ladrillazos que te suelta a las 6 de la madrugá, sin ton ni son y solo a fines al-turistas! Haz como si estuvieras en tu casa…. 🙂

        Precisamente tampoco quise ser demasiado duro con la monja; pero su insipidez me resultó tan obvia como su atuendo en absurda sintonía con su reloj de pulsera. Y como ya te dije la casi totalidad del debate lo escuché un tanto por encima… hasta que no me saltaron las sirenas el minuto 27.25.

        Iba a entrar a comentar con más vitalidad, pero al llegar al vocablo «apofatismo» sufrí un ‘system failure’ y hube de resetear la machine; al no hallar el vocablo en el RAE hube de volver a instalar el Win XP y hete aquí que me hallo ahora como si nuevo.

        Sin recurrir a ninguna definición oficial del término, para el que te escribe el Budismo no es ninguna religión; no al menos en lo que atañe a la visión de Siddhartha Gautama. Y más abajo -a fin de disponer de más margen- te explico por qué.

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  2. Hasta no llegado el minuto 27.25 no he sentido necesidad de parar para rebobinar el vídeo, a fin de escuchar con más detalle a Salvador Paniker, quien -a mi juicio- aporta ‘La Clave’ (nunca mejor dicho) del debate:

    1º) ====> [ «El concepto de ‘dios’ es un concepto humano». ]

    Para más tarde enfatizar en el minuto 28.03 en lo que entiendo todavía más relevante :

    2ª) ====> [ «La idea del Infinito… es una idea que asusta; porque Infinito es un poco el caos; ya que… si no relacionas a ‘dios’ con el Infinito no se sabe con qué se va a poder relacionar…» ]

    3º) ====> [ «Estamos hablando de los nombres de ‘dios’ cuando a ‘dios’ no habría que darle ningún nombre…/… dado que -haciendo caso a Wittgenstein- de lo que no se puede hablar mejor es callar. » ]

    ¡¡Xacto 1000 x 100!! Hablar de «dios» no tiene ningún sentido solo ya por ese último razonamiento expuesto por Wittgenstein y retrotraído aquí por Paniker. Tal cosa no solo no existe sino que introduce un vocablo que no corresponde a nada concreto tanto en lo conocido como en lo desconocido. De hecho no se trata más que de un mantra o sigilo de magia negra muy posiblemente de origen cabalista mediante el cual ha sido manipulada la humanidad desde eones atrás.

    Desde mi actual prisma como modestísimo ‘metafísico-cosmólogo-psiconauta-advaita-zeniata’ (qué freakie suena eso): La peña ha sentido necesidad perentoria de resolver el quantum de Infinito equiparándolo con la entelequia «dios», tratando de personalizar tal concepto y hasta de dotarle de consciencia; lo cual para un metafísico más o menos experimentado en las artes chamánicas o incluso en el Zen (quizás también cabría incluir el Advaita) sería un sinsentido sin parangón.Y ello es debido a la irrefrenable angustia que siente cualquier individualidad frente a la «amenaza del Infinito»… -que diría Drew Hempel y espero también otros sesudos de cierto rango… a los que quisiera localizar en breve-.

    Infinito es INCOMPATIBLE con la consciencia de sí; de darse una consciencia de sí en semejante ámbito dejaría de ser Infinito ipso facto, por cuanto estaría siendo limitada por una referencia, llamémosle Límite, Singularidad, Oneness, Punto cero… o como queramos denominar al hecho de la aparición del Uno (1).

    Infinito en cambio y a su vez SÍ podría generar una/s Singularidad / Singularidades a partir de la/s cual/es se podría manifestar movimiento referenciado una vez dicha consciencia se dividiera en dos; esto implicaría el inicio del ámbito de la Dualidad y la correspondiente Polaridad; dicho movimiento referenciado produciría en primer lugar la onda acústica (creo que entre otros Goethe sabía algo de esto), que más tarde devendría en onda luminosa al disminuir su frecuencia de vibración; la cual al ir descendiendo aun más en su ciclo de frecuencia finalmente cristalizaría en partículas que a su vez conformarían átomos, moléculas, células… esto es: Materia física. Y todo ello a través de un complejo ciclo concatenado de mandalas interrelacionados en concatenación continua en cuyos extremos se daría la fractalidad suficiente y necesaria como para hablar de génesis de universos, mundos y tejidos espacio temporales relacionados entre sí de aspecto «analógico», sin percepción de líneas rectas naturales ni por tanto de geometrías cúbicas exactas, en una inenarrable cadena de causalidad y efectos.

    Insisto pues en que Infinito per se sería absolutamente inconsciente de sí mismo -sería tanto como aducir que es «bobo»-.

    Hasta no llegar a aparecer la primera Singularidad NO sería posible hablar de ninguna consciencia; dicha Singularidad SÍ tendría la capacidad de ser consciente de sí misma aun cuando hasta no clonarse en dos jamás podría apreciar movimiento alguno en su entorno, por cuanto sin referencia adicional ningún desplazamiento hacia arriba, abajo, izquierda, derecha, adelante, atrás… sería perceptible:

    Se trataría de aplicar la lógica más básica para entender este axioma; y a partir de ahí supongo que cuadraría la mayor parte de la llamada Geometría Sagrada, con sus Vescica piscis, sólidos platónicos, semilla, flor y árbol de la vida, etc. (supongo que en ese nivel nos valdría la explicación aportada por Drunvalo Melchizedek en una de sus viejas charlas; especialmente en el vídeo siguiente se arranca específicamente en el minuto 17.42):

    Por todo lo cual, servidor entiende que el parámetro Infinito NO debería figurar como operando en ningún polinomio, ecuación, fórmula o teorema matemático, físico o meramente lógico o algebraico… más allá de que apareciera como resultado del mismo.

    He celebrado comprobar cómo últimamente algunos cosmólogos y astrofísicos están empezando a darse cuenta de este «insignificante» pormenor; porque… una cosa sería la matemática pura y otra el divertimento matemático; lo siento por Cantor, Hilbert, Riemmann, Gödel, Ramanujan, puede que también por Goldbach, o Perelman, etc; no me extraña que muchos de ellos acabaran pasando largos períodos vacacionales en los psiquiátricos de entonces:

    Matemáticos y Psiquiatría

    Con el Infinito no se juega; de eso también sabía mucho el supuesto Juan Matus y sus linajes antecesores y predecesores. 😦

    Por ello desde hace tiempo comprendí que el único binomio de correspondencia unívoca que puede establecerse en relación a este concepto es el de que Infinito equivale sola y exclusivamente a Conjunto Vacío:

    ∞ = ø

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    • Jasso dijo:

      Siento ser corto de molleras y no entender del todo la explicación (además de no disfrutar del tiempo para ver lo vídeos). Si explicas los puntos claves que quieres expresar de una manera más sencilla y esquemática probablemente pueda entenderte con más facilidad.

      Comparto contigo las afinidades con Salvador Pániker, que también comparte con nosotros la afinidad con el Vedanta.

      Sólo quisiera aclarar un par de puntos en tu respuesta que creo que merecen la pena reconsiderar. Me gustaría darte una respuesta que te pueda ser útil y que te invite a replantear algunos conceptos; no pretendo refutar nada de lo que haya de verdadero en lo que dices, sólo pretendo complementarlo y completarlo.

      Wittgenstein era un cristiano devoto, como lo fueron sus mejores discípulos (Anscombe, etc.). Incluso llegó a plantearse el sacerdocio. Nada en la tesis de Wittgenstein anula la posibilidad de hablar sobre Dios, más bien devuelve al lenguaje religioso su coherencia interna al considerarlo como un juego de lenguaje por sí mismo, con sus propias reglas y estructuras. Es importante no mezclar peras con manzanas.

      La peña ha sentido necesidad perentoria de resolver el quantum de Infinito equiparándolo con la entelequia “dios”, tratando de personalizar tal concepto y hasta de dotarle de consciencia; lo cual para un metafísico más o menos experimentado en las artes chamánicas o incluso en el Zen (quizás también cabría incluir el Advaita) sería un sinsentido sin parangón.

      Quizá la «peña» ha sentido dicha necesidad porque es inevitable, como lo demuestra el hecho religioso a la luz de la fenomenología de la religión. Supongo que tu crítica se refiere a la noción de un Dios personal, común malentendido de lesa cultura. Las mismas razones que argumenta Santo Tomás de Aquino para explicar que Dios es personal las explica Sánkara para apuntar a que Dios no puede ser personal. Decir que Dios es a imagen y semejanza de sus hijos es un claro antropomorfismo. Cuando hablamos de un «Dios persona», estamos confundiendo categorías («orden divino» con «orden humano»), como dirían los escolásticos. Sánkara nos dirá que no podemos establecer un diálogo con Dios como lo hacemos con el resto de seres humanos, ni aunque demarquemos infinitamente las distancias, sino pensando en Dios más o menos como yo soy. Ni si quiera la «trans-deidad» es un concepto adecuado para apuntar hacia la trascendencia divina. La patrística apuntará hacia esta intuición diciendo que Dios es hipóstasis, pero no de substancias, sino de relaciones, que es lo que define la persona.

      Esto no impide, en absoluto, una relación personal con lo trascendente, no como dos «cosas» u objetos, sino como una pura relacionalidad. De la misma forma que Wittgenstein —al que citas— desterrará las «esencias» en los significados inherentes de las palabras, argumentando que es el contexto y su usosu relación— lo que les da significado, así ocurre con la relación personal con lo trascendente. Un cristiano definirá así su relacionalidad con lo trascendentemente inmanente mediante el símbolo de Jesucristo, «Per Christum, Dominum nostrum», así como un Advaitín se relacionará con Ishvara («el Señor») con el Ishtadevata de su elección —tal y como hacía Sánkara, príncipe de la no-dualidad—, así como un budista se dirigirá al Señor bajo la forma de Avalokiteshvara. Recordamos que Nagarjuna, acaso el más apofático entre todos los místicos, recomendaba la adoración como la forma más rápida realizar la vacuidad de toda la realidad. Esto ocurre porque existe una inercia natural para encontrar el ícono que mejor refleje ese infinito del que hablas, que es sinónimo de misterio, y mantener una relación personal con él, no entre dos substancias fundamentadas en un dualismo («tú arriba y yo abajo»), ni como un monismo absoluto, sino, como en la unión hipostática, una relación advaítica.

      Dios no puede ser tan sólo un «eso», un «Otro», ha de ser, en virtud de mi relacionalidad con él, una persona; no puede ser un yo entre otros, tiene que ser el Yo absoluto, lo que no es objetificable, el aham, el «Yo soy el que Soy» de la zarza ardiente, y nosotros somos el tú de ese Yo. Por esta relacioladidad tenemos el ser. Así el bhakti, el devoto, dirá a Dios «soy tu-yo«, y el jñani dirá yo soy tú. Ninguno se contradice, se relacionan. Si el misterio es infinito, entonces no se limita a ser el sujeto puro, el Yo, tendrá que ser todos los pronombres personales.

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  3. Se me disculpe el ladrillo, plis… 😦

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  4. Te iba a decir que… donde no hay «dios» no hay religión, ni culto, ni dogma, ni credo; solo conocimiento; ergo: Ciencia; Sakyamuni no impartió su ideario con la intención de promover religión ni culto devocional a entidad suprema alguna más allá de intentar conglomerar un glosario de directrices para evitar el sufrimiento y de a tiro tratar de evadirse de la rueda de Samsara, evitando el influjo de la entidad (demiúrgica quizás) Mara y de su efecto ilusorio: Maya; otra cosa habría sido lo que los custodios de la época manipularan a posteriori a fin de dotar las enseñanzas de aquél en formato de consumo religioso… ya bien a través del Canon Pali o canonizando los Sutras; lo han hecho en casi todas las ocasiones que ha surgido un líder autónomo con doctrina o paradigma explicativo metafísico propio; de ahí a que poco después aparecieran sus seguidores agrupados en cofradías y santuarios de monjes vestiditos de igual guisa; y de hecho creo que así lo apunta Bramley en «Los dioses del Edén».

    ¿Me dirás ahora también que el Zen es una religión? ¿La religión del Vacío, quizás?

    Hmmmmmm… Seguramente vas a tener que aclararme en qué consiste eso de «religión»… según tus premisas.

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  5. ¡Qué demonios! Inserto aquí la versión RAE del término:

    RELIGIÓN:

    1. f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

    2. f. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.

    3. f. Profesión y observancia de la doctrina religiosa.

    4. f. Obligación de conciencia, cumplimiento de un deber. La religión del juramento.

    5. f. orden (instituto religioso).

    Pues… lo siento pero no me cuadra ni con el Budismo en sí, ni con el Advaita ni menos aún con el chamanismo ni el Zen.

    Tanto los «dios/dioses» como las religiones son conceptualizaciones diseñadas por los hombres más que procesos perceptivos objetivos infalibles e irrefutables de unión con «divinidad» alguna per se. Por eso me retrotraigo de nuevo a ese minuto 27.25 del debate de Balbín donde -en mi opinión- surge lo importante del mismo:

    1º) ====> [ “El concepto de ‘dios’ es un concepto humano”. ]

    La visión original de Shankara respecto a su personal interpretación de algunos Upanishads no me atrevería a enmarcarla ni dentro ni fuera de tal contexto de adoración; tendría que revisar sus textos originales de nuevo para procurar afinar al máximo; lo que sí sé es que hay algunos fragmentos Upanishads que están redactados en formato de oración / mantra… quizás como mera técnica de «letanía» para alcanzar un cierto estatus de satori o iluminación-comprensión instantánea; sin embargo el prisma que aportan tanto Ramana como Nisargadatta, Papaji o incluso la más reciente Gangaji carecen de toda fijación por «dios» o incluso «Brahman» alguno; al menos habitualmente ni siquiera lo mentan.

    Si has leído más o menos a fondo a Nisargadatta convendrás conmigo en que el amigo solo incluía la acepción «dios» cuando tenía que hablar a gente devota, colectivos algo más ignorantes o condicionados por algún credo de adoración previo; y así lo reconoce él mismo en alguno de sus diálogos; esa técnica de marketing la suele aplicar todo portavoz en calidad de liderazgo para alcanzar mayores audiencias; especialmente en los US, incluso cuando no contemplen de facto tal nomenclatura en sus programas originales.

    Como bien sabrás en el Advaita, Brahman y atman son la misma cosa; solo que, al contrario que ocurre con el Shivaísmo kashmir, solo Brahman es «realmente» real; las imágenes en movimiento y el movimiento en sí desaparecen una vez que concluye el film permaneciendo solo el blancor impoluto de la pantalla. Pienso que en términos cronológicos esa sería la opción cognitiva correcta, por cuanto nada de lo que no permanece debería considerarse «realmente» real; a pesar de lo cual recomiendo sumergirse eventualmente en la visión Shivaísta kashmir a fin de comprobar la similitud dada entre ambas tendencias:

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  6. Te sigo exponiendo mi personal prisma de entendimiento, al tiempo que leo tus generosas reflexiones, Jasso:

    Para mí lo trascendente no tiene por qué ser «divino» simplemente es desconocido a priori; hasta que se sumerge uno en ello y navega por su inmensidad cuasi infinita (y subrayo lo de «cuasi»); ese aspecto desconocido de la percepción dejará de ser inaccesible cuando abandonemos el actual Kali Yuga… o al menos eso dicen y así espero.

    Lo único trascendente que existe según mi noción y percepción es el Infinito, por cuanto todavía no ha sido manifestado en forma alguna; dado que reside neutro y aséptico en calidad de posibilidad potencial latente, sin geometría definida percibible (y… sin consciencia propia). Si llegara a tildar a dicho Infinito como trascendente sería única y mayormente debido al insufrible PAVOR que… -al menos a priori- supone siquiera presuponerlo o rozarlo en estado de desbalance.

    De ahí que al leer a Drew Hempel pronunciarse en términos semejantes en el blog de Chitauri sintiera un afán irrefrenable de consultar más elementos de su discurso.

    La cuestión es que dándose y aceptándose tal ‘quantum-magnum-infinitum’ sobran sucedáneos, mitologías, divinidades, dogmas, credos y hasta reglas. Con lo cual al final se reduce todo a un problema físico-matemático-numérico; supongo que los pitagóricos avanzaron en esa dirección hasta no sé exactamente qué cantidad o calidad de axiomas comprobables.

    Entiendo que de prosperar en la evolución de nuestra particular comprensión del Cosmos, aquélla se va esculpiendo en un contexto donde las leyes físicas se van haciendo cada vez más elásticas e/o inservibles hasta prácticamente desaparecer y confluir en… -lo que yo llamo- la Singularidad… que no vendría a ser más que el estado de la realidad en el que el Todo se repliega en Uno; un Uno consciente de Sí mismo… -al contrario que el Infinito mismo, el que jamás podrá ser consciente de Sí-.

    Pero llegados a ese punto, ese Uno no es un «él»… -en tercera persona del singular-, sino que se trata del más alto escalafón del Yo. Más allá de eso solo se daría la Nada-Vacío-Infinito que son nociones equivalentes, dado que ningún otro cuanto energético, numérico o de calibración de cantidad -fuera la que fuera- podría abarcar el citado Infinito excepto el Vacío mismo. Esto sí es importante que sea entendido pues, en mi opinión presenta un severo cambio en la concepción tanto del Infinito mismo, como del Vacío y de la matemática ortodoxa u oficial.

    El Infinito / Vacío / Nada / No existencia es la CAUSA primera de todo cuanto existe (y no ningún «dios»); y algunos cosmólogos están empezando a expresarse en esos términos; si acaso más adelante trataré de insertar algunos ejemplos al respecto. Si alguien siente necesidad de adoración o devoción al Vacío está en su derecho de proceder de esa manera, pero te aseguro que no va a tratarse de mi particular caso; y te anticipo que de igual modo escucharías expresarse a los patriarcas Zen, desde Mahakashyapa (discípulo de Buda) a Huineng, pasando por Boddhidharma; supongo que la línea sucesoria ulterior proseguirá la misma tendencia una vez ya llegados a los recientes Kodo Sawaki, Deshimaru y los que vengan.

    A lo que quiero llegar es que en el entorno de la Existencia per se, original y finalmente… solo existe el Yo; no hay ningún «dios» involucrado en ecuación o algoritmo alguno que provoque creación / Manvantaras (Big Bangs). Cuando el Yo se repliega a su formato inicial (Singularidad / Uno / Oneness) es cuando se produce el Pralaya (Big Crunch).

    El vídeo que inserté la otra noche (Singularity vs. duality of consciousness).apenas dura 2 o 3 minutos y ofrece una representación gráfica del asunto muy divertida y explícita recurriendo a una animación en 3D; y entiendo que no viene más que a expresar que lo que creemos como «lo otro-lo externo» sigue siendo el Yo inicial / Singularidad; y ese es el mensaje del Advaita, el Shivaísmo kashmir y otras corrientes de pensamiento metafísico de cierto nivel.

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  7. Recopilando y esquematizando según tus recomendaciones:

    1) Infinito – Vacío – No existencia – No consciencia… (sin límites) … sería la causa original del Uno – Singularidad – Existencia – Ser – Consciencia de Uno mismo.

    2) Uno – Singularidad – Existencia – Consciencia de sí … implicaría la aparición de la primera noción de Seidad-Yosoidad. Aun cuando se trataría de una Yosoidad sin polaridades fruto de Dualidad alguna; ergo: Sin posibilidad de generación de movimiento perceptible al no haber referencias para medir tal movimiento; por lo tanto sin medio alguno para expandirse, es decir, para crear.

    3) Dos – Dualidad – Existencia en modo de doble consciencia: Consciencia observador + Consciencia de reflejo.

    La primera división del Yo permite la apreciación de otro cuerpo o forma observable; lo cual posibilitaría a su vez la percepción del movimiento por cuanto éste podría ser medido, observado o calibrado referenciado al segundo Yo, al que algunos han dado por llamar «consciencia espejo» o «consciencia de reflejo». Sin darse dos puntos en el espacio ningún movimiento puede ser tenido en cuenta. Trata de moverte en la obscuridad más absoluta y comprobarás cómo no sabes si te has desplazado a la izquierda, a la derecha, arriba, abajo o hacia adelante o hacia atrás, al menos en términos de lo puramente visual.

    4) Tres – Trinidad / Trimurti (en hindú) – Aparición de un tercer punto referente que serviría para lograr una resolución armónica entre polaridades enfrentadas, del tipo: Afirmación-negación = Conciliación.

    Parece ser que este concreto estadio de la energía generada por el Ser (ya «trinitario») habría sido el que se le reveló a Gurdjieff en aquellas danzas (no sé si sufíes) del monasterio de la Hermandad Sarmung… (min. 1.50):

    Mientras el ballet ejecuta su danza se escucha al locutor emitir las tres etapas:

    [ «Affirming, denying, reconciling…» ] [ «Afirmación, negación, reconciliación…» ]

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  8. Al hilo de hacer esta llamada al pensamiento de Gurdjieff es notorio recordar que tanto él como Ramana coinciden en un axioma solo comprensible y asumible cuando se ha movido uno por encima de la dualidad:

    [ «La vida es real solo cuando yo soy.» ]

    …ergo… ambos sienten que la aparición del espacio y las formas no depende de ningún «dios» sino de la irrupción de un observador subjetivo: El Yo-soy / Singularidad:

    …postulado que, por otra parte, conforma la conclusión tan incómoda del experimento de Thomas Young: La materia solo cristaliza en partículas con masa, spin, locación concreta y carga eléctrica cuando «se siente» observada por… un observador:

    …a lo que el quorum científico oficialista optó por llamar «decoherencia cuántica».

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  9. Por lo tanto:

    El único «dios» que aquí existe es ese escalafón límite de nuestra propia Seidad: El Uno / Singularidad / Pléroma; y teniendo en cuenta que no se trata más que del techo de la propia Yosoidad de cada cual, me resulta bastante rancio denominarlo tirando de la típica acepción «dios».

    Porque… Yo… no me llamo «dios»; y tú -creo que- tampoco; pero al público le gusta mucho ese vocablo; algunos puede que debido al VMAT-2 ese; ¡yo qué sé!

    Para mí el Yo se llama Yo. (period)… ; y para desgracia de propios y extraños es lo único que realmente existe con plena consciencia de Sí mismo, aunque solo de forma temporal, sospecho; y añado: Es realmente angustioso comprobar que tal Yo… ¡está más solo que la una!…. hasta que se decide dividirse en trillones y trillones de yoes, separados, independientes y… en mayor o menor medida amnésicos de su origen común.

    No sé en tu caso pero desde mi cognición verificada por percepción directa y plena hace ya tiempo que… -no es que intuya, crea o suponga sino que…- SÉ que en estos momentos estoy escribiéndome a mí mismo, puesto que tú eres otro de mis yoes…

    Quizás debido a esa soledad insufrible y abrumadora sea que el Yo inicial / Singularidad / Uno se esparza espontáneamente en formato multiforme cada cierto «tiempo» en Manvantaras (Big Bangs), diseminando su pneuma desde su pléroma (la propia Singularidad) a fin de generar secuencias de causas y efectos entrelazados que producen a su vez una cadena de eventos, organismos, personajes, formas y geometrías en movimiento continuo… hasta llegar a donde interese o merezca la pena indagarse.

    Tal autoindagación se puede elongar lo que se quiera en base al beneficio de una especie de propiedad de viscoelasticidad inherente en la propia Creación que haría que los Universos desplegados se fueran extendiendo y estirando a medida que fuéramos avanzando a través de ellos, cual si de globos hinchables rellenos de líquido de poca densidad se tratara, los cuales se irían deformando a nuestro paso con solo presionar en la superficie interior de la película / piel que los contiene; pero ahí entraríamos ya en otra dimensión del proceso.

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  10. Por ponerte un ejemplo acerca de lo anterior: Las famosas cuerdas o súpercuerdas de la ‘Strings Theory’ no estaban allí hasta que Gabriele Veneziano y los desarroladores del teorema final «M» (Ed Witten en particular) no se obcecaron en observarlas (virtualmente, claro; mediante cálculos matemáticos a partir de la función gamma de Euler).

    Con el espacio exterior ocurriría lo mismo; a medida que se sabe a partir de Hubble que el universo se expande no debería causar mayor polémica plantearse la posibilidad de moverse a través de él tratando de acceder a sus bordes iniciales para que éstos se fueran extendiendo a nuestro paso, o por mera influencia de su observación o calibración virtual (en lo meramente matemático) o percepción distante (vía ópticas de hiperaltísima resolución).

    Pero el universo generado en primera instancia NO sería Infinito per se sino que podría ir ampliándose hacia el límite de «n»… cuando «n» tiende a Infinito… -que no sería lo mismo que abarcar la percepción del Infinito en su «totalidad» a tiempo real, manteniéndose consciente de dicha percepción-.

    Lo que quería reflejar después de todo es que resultaría del todo IMPOSIBLE concebir un Infinito autoconsciente de sí mismo. Infinito es INCOMPATIBLE con la consciencia de sí; Infinito ANIQUILA toda consciencia; o dicho de otro modo: La aparición de UNA sola consciencia delimita instantáneamente e ipso facto el Infinito, haciéndolo finito.

    Por lo tanto NO hay posibilidad de contemplar ningún «dios» o vórtice creador… infinito; no al menos consciente de sí mismo.

    Eso sí: Infinito dispone del mecanismo natural y espontáneo para generar la Singularidad / Uno / Oneness / Pléroma… precisamente para a partir de ahí tomar consciencia de sí como Singularidad… y engendrar desde ella misma la cadena de causas y efectos que genera los mundos y universos.

    Se podría afirmar también que Infinito es BOBO; no se conoce; no se siente; no se percibe ni desde ello mismo ni desde otro punto de observación alternativo (a la par de que en el contexto Infinito no puede darse ni uno ni un segundo punto de observación consciente)… y a pesar de ello es el quantum energético interminable del cual la Singularidad puede alimentarse hasta la eternidad para poder enfrascarse en la génesis de todos los Manvantaras sucesivos que queramos imaginar hasta la eternidad, en el seno de los cuales aparecerían Universos LIMITADOS -no infinitos- pero capacitados para ir expandiéndose paulatina y progresivamente hacia el límite de «n» cuando «n» tiende a Infinito… pero sin alcanzarlo jamás.

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    • Jasso dijo:

      Sin recurrir a ninguna definición oficial del término, para el que te escribe el Budismo no es ninguna religión; no al menos en lo que atañe a la visión de Siddhartha Gautama. Y más abajo -a fin de disponer de más margen- te explico por qué.

      Si se trata de una opinión personal he desde luego de respetarla, aunque no por ello esté de acuerdo con ella. Al encontrarnos con la dificultad del encuentro con el Absoluto en el caso del budismo, donde no se reconoce (en apariencia) un encuentro personal con este,  Raimon Panikkar, hermano de Salvador Pániker, autoridad en religiones comparadas, presenta la siguiente explicación:

      «Los que admitan que el pensamiento puede ser trascendido, no sólo evidentemente en su ejercicio concreto, sino en su misma capacidad formal, esto es, que «algo» puede darse sin que tenga que ser forzosamente pensable, éstos se inclinarían a interpretar el Nirvana como precisamente la máxima positividad. Con otras palabras, un temperamento místico admitirá sin dificultad la tesis de la positividad del nirvana… Lo que Siddharta nos conmina es a no poner un objeto delante de nuestra fe, porque entonces la objetivamos, la cosificamos y con ello la destruimos. La fe no es fundamentalmente un acto del intelecto —aunque posea una dimensión intelectual—, sino de toda la persona humana. No es un «creo en Dios» la fórmula más perfecta y universal de la fe, sino «¡creo!», que será equivalente al famoso: «¡creo, Señor!»» (PANIKKAR, El silencio del Dios)

      De estas afirmaciones inferimos que para Panikkar, uno de los mejores especialistas del budismo en occidente, es factible y razonable la relación personal del hombre con el Misterio, incluso en el marco de religiones ateas. Todo depende del criterio ideológico y del presupuesto epistemológico con el que se interprete este credo religioso. El pluralismo religioso es un hecho, y si afirmamos la posibilidad de una realidad trascendente, esta escapa todo principio de no-contradicción, de ahí que el teísmo, el personalismo, el ontomorfismo o el ateísmo no se contradigan, sino que formen parte de una misma sinfonía. 

      A la luz de esta afirmación, queda por tanto desmontada la tesis que propones, que creo queda resumida en esta afirmación:

      Te iba a decir que… donde no hay “dios” no hay religión, ni culto, ni dogma, ni credo; solo conocimiento; ergo: Ciencia

      Recordamos que la ciencia (scientia) es «conocimiento», y que «lo específico de la fe está en el plano del conocimiento», tal y como afirma Santo Tomás en la segunda parte de su Summa (luego donde hay Dios puede haber ciencia).  La tesis budista está basada en la fe, precisamente porque el conocimiento indecible e inmediato al que quiere apuntar queda fuera, en virtud de su inmediatez, de toda comprobación empírica o articulación racional, pues la vacuidad budista no obedece a las leyes lógicas; es decir, fuera de todo intermediario intelectual. Lo curioso es que a toda experiencia le es constitutiva su intelección, de ahí que haga falta una doctrina para articular dicha experiencia en el caso del budismo. Esto queda patente de una manera extraordinariamente clara en la filosofía Madhyamaka fundada por Nagarjuna, el «segundo Buda» (quien inspiraría el no-dualismo de Gaudapada, gurú de Sánkara), cuya metafísica fundamentaría más tarde el budismo Zen, junto con el idealismo Yogacara, entre otros.

      ¿Me dirás ahora también que el Zen es una religión? ¿La religión del Vacío, quizás?

      El medio con el que apunta el Zen a esa experiencia de fe es, de hecho, un aparato religioso, acompañado de una doctrina y una tradición. Los argumentos que uses para decir que el «Zen no es una religión», probablemente encuentran también su equivalente en forma (que no en contenido) en el Cristianismo, que no es una religión del texto sino de la Palabra, por ejemplo. =)

      Hmmmmmm… Seguramente vas a tener que aclararme en qué consiste eso de “religión”… según tus premisas.

      Yo no he dado ninguna opinión de tipo personal en mis explicaciones. Luego no son «mis» premisas, sino las comúnmente aceptadas en el estudio de las religiones. Es un hecho comúnmente aceptado que el Budismo es una religión, de ahí que se la considere entre las cinco grandes religiones del mundo. Religión, dando una definición brevísima, es aquello que tiene como objeto lo «Sagrado», que, como dirá Soderbiom,»es la palabra clave en religión; es incluso más importante que la noción de Dios». La religión es relación con lo sagrado. «Lo sagrado», dirá por su parte H. Hubert, «es la idea madre de la religión… la religión es la administración de lo sagrado».

      Recordamos la anécdota del maestro budista que decía aquello de que quien no llore al oír la palabra «vacuidad» no está preparada para recibir las enseñanzas del Vacío. Pues eso, lo sagrado como objeto.

      La visión original de Shankara respecto a su personal interpretación de algunos Upanishads no me atrevería a enmarcarla ni dentro ni fuera de tal contexto de adoración; tendría que revisar sus textos originales de nuevo para procurar afinar al máximo; lo que sí sé es que hay algunos fragmentos Upanishads que están redactados en formato de oración / mantra… quizás como mera técnica de “letanía” para alcanzar un cierto estatus de satori o iluminación-comprensión instantánea; sin embargo el prisma que aportan tanto Ramana como Nisargadatta, Papaji o incluso la más reciente Gangaji carecen de toda fijación por “dios” o incluso “Brahman” alguno; al menos habitualmente ni siquiera lo mentan.

      El Vedanta Advaita de Sánkara es una religión. Forma parte de las diferentes articulaciones del Vedanta. Recordamos que Sánkara fue un teólogo exégeta que reinterpretó los Vedas y las Upanishads para restaurar la validez de las escrituras divinamente inspiradas en respuesta al budismo que ganaba seguidores en la época. La finalidad de Sánkara no era otra que esta, la de restaurar la autoridad de los Vedas y de toda la cosmovisión y organización social y visión ética que les acompaña. Tal es así que Sánkara instauraría los sampradayas para que que dicha doctrina mantenga su coherencia y estabilidad, sampradayas que transmitirían la doctrina hasta personajes, por ejemplo, como Nisargadatta, que estudió el Vedanta tradicional de mano de su gurú. Nisargadatta adaptó las enseñanzas a las exigencias del mundo secular occidental, pero no por ello dejaría de usar el concepto de Brahman (lo Absoluto), de Dios personal (Ishvara) y de términos afines, como hace patente una lectura detallada de sus escritos. Recordamos que «Dios» es un símbolo que apunta a lo Absoluto, como lo es Brahman, o «Eso». Son símbolos que apuntan a la realidad absoluta y por tanto se puede hablar de una equivalencia homeomórfica entre ellos. Si tuvieras que elegir a un representante del Advaita como punto de referencia para tu estudio, ¿a quién elegirías? ¿A un santo folclórico como Ramana o al fundador de la escuela como Sánkara?

      Así las cosas, ¿qué rol tiene el concepto de anubhava («gracia») en el Vedanta si no hay un Dios? Recordamos que en su metafísica, Brahman está «maniatado», es un Absoluto ciego. Si es así, ¿cómo el hombre realiza la verdad de los cuatro Mahavakyas? ¿Cómo el hombre obtiene el conocimiento de que todo es Brahman, de que  Atman es Brahman (ayam atma brahman), de que él es Eso (tat tuvam asi)?  Entre el hombre y lo Absoluto, entre la aparente dualidad generada por Maya es necesaria una mediación. Esta mediación es realizada por Ishvara, el Señor, el dador de gracia y conocimiento. De ahí que Sánkara escribiera tantas oraciones de adoración a Ishvara bajo diferentes formas, de ahí que para que un estudiante obtenga las cualificaciones necesarias para obtener la liberación sea necesario el rezo y la adoración contínua a Ishvara durante todo el sadhana. Esto es un hecho histórico, este es el Vedanta Advaita tradicional y no uno que yo me esté inventando sobre la marcha.

      El budismo Zen Mahayana utiliza este mismo epíteto bajo la forma de Avalkiteshvara, como dije anteriormente. Tal es así que, tras cada seshin (por lo menos es lo que yo practiqué durante cuatro años), se hace una ceremonia extática donde se ofrecen diferentes devociones a Kannon (Avalokiteshvara), dador compasivo de gracia y salvación. En cualquier caso, no se ha de confundir el budismo con el Advaita, pues son religiones que, aunque tengan equivalencias varias, tienen métodos diferentes (diferencias epistemológicas y metafísicas). No es lo mismo decir que todo es Brahman, que decir que todo carece de existencia inherente. Como dije, no hay que mezclar peras con manzanas. Me reservo mis opiniones sobre Gurdjieff, por cierto.

      El Infinito / Vacío / Nada / No existencia es la CAUSA primera de todo cuanto existe (y no ningún “dios”); y algunos cosmólogos están empezando a expresarse en esos términos;

      Pregunta: ¿cómo la nada puede causar algo? Nihil fit ex nihilo. Y me gustaría una respuesta lógica y razonable, sin apelar a «ayahuascas», «geometrías sagradas» o mecánicas cuánticas en youtube, una respuesta que un corto de molleras como yo pueda entender. Cuando la medites, verás por qué (tal vez), tal y como decía René Guenón, Ananda Coormaraswamy, Panikkar, Sara Grant, Pierre Johanns, todos los jesuitas de la escuela de Calcuta, y tantísimos otros que estudiaron ambas tradiciones, en verdad Santo Tomás de Aquino y Sánkaracarya hablaban de lo mismo. =)

      No sé en tu caso pero desde mi cognición verificada por percepción directa y plena hace ya tiempo que… -no es que intuya, crea o suponga sino que…- SÉ que en estos momentos estoy escribiéndome a mí mismo, puesto que tú eres otro de mis yoes…

      Prefiero reservar mis experiencias personales con el estudio del Vedanta a un pequeño círculo de personas con el que puedo compartir diferentes posiciones sin caer en el típico juego que siempre suele darse en ambientes «no duales». No me malinterpretes, sencillamente estoy un poco quemado del Advaita en internet. No obstante, puedes compartir tus experiencias si así gustas a mi correo: pneumatologiko@gmail.com

      Si me he saltado algún punto importante en tus conclusiones, por favor, remárcalo en tu siguiente respuesta. Intenta, insisto, ser más concreto para poder entenderte.

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      • Te he leído por encima Jasso; con prisas y sin pausas; y mira que lo siento, porque llevo sin dormir desde ya ni me acuerdo y esas aportaciones que me has hechos tengo que degustarlas nota a nota como si de un concierto de Bartok se tratara; pero me va a encantar analizarlas al detalle en cuanto despierte al día siguiente.

        Solo como respuesta rápida a tu nutriente informativo quizás haría hincapié en esa idea que te presentaba al inicio del adoquín… en cuanto a que «lo sagrado», «lo trascendente», «lo divino» y etc., se contemplan de ese modo por su implicación con «lo desconocido»… para la percepción pentasensorial de nuestro habitual organismo. Una vez que lo desconocido se torna conocido -en mayor o menor medida- los velos de sacralidad, divinidad y trascendencia desaparecen para dar paso a otros parámetros de descripción y evaluación: La belleza… o el terror más inenarrable… dependiendo de los gustos. Pero para ello hay que salirse del cuerpo.

        Por el momento te dejo por aquí estas dos gemas que acaban de enviarme porque no tienen desperdicio por su contenido humorístico; y si acaso, mañana trato de añadir algo complementario no sin antes mirarme a fondo todas esas doctas reflexiones.

        Y gracias por tu confianza al dejarme abiertas las puertas de tu blog… y de tu i-miel. 🙂

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